Esta época estuvo marcada por la represión el exilio,
el sufrimiento y la depresión. El régimen de Franco presentaba matices que lo
identificaban con el fascismo italiano, sin embargo no puede considerarse un
régimen fascista sino más bien reaccionario. Franco se consolidó como un factor
inalterable de poder.
En cuanto a la política exterior el ministro de
asuntos exteriores Gómez Jordana, optó por la neutralidad y España quedó
aislada. Franco pretendía conseguir una combinación equilibrada de apoyos a la
hora de elegir a sus colaboradores. En lugar de valorar la pertenencia a una
determinada ideología o una familia relevante, se fijaba en la lealtad que cada
miembro tenía hacia el régimen. Su gobierno estaba formado por militares, falangistas y monárquicos.
Asimismo creó una organización sindical única (sindicato vertical) con la cual
pretendía acabar con la lucha de clases. En este período Serrano Suñer, miembro
de su cuerpo de mando intentó dar una orientación puramente fascista al
régimen, pero se encontró con la oposición de monárquicos carlistas, militares
y la Iglesia. Como medida para evitar la crispación dentro del gobierno Franco
sustituyó a Serrano Suñer por Carrero Blanco.
En el ámbito internacional la guerra civil española
fue concebida como una primera parte de la II Guerra Mundial. En este contexto
en el acuerdo de Teherán, Stalin acepta la alternativa de los Aliados de
restituir la monarquía en Juan de Borbón. A esta petición, Don Juan responde
con una carta a Franco pidiendo la restauración pero el Caudillo la desestimó. Finalmente,
Roosevelt premió la neutralidad de
España en política exterior dotándola de garantías.
A finales de 1945, España se convierte en un país
devastado. Las consecuencias de la guerra civil, y el contexto internacional de
la guerra mundial provocan una depresión económica. 250.000 viviendas están en
ruinas y se produce un deterioro de las infraestructuras del Estado. Desciende
la producción agrícola y el régimen franquista opta por la autarquía económica,
es decir, España debe abastecerse a sí misma. El hambre, el racionamiento y el
estraperlo, son la realidad de la España de posguerra.
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